jueves, 30 de abril de 2020



kronos
MÓNICA GAMEROS
(2006, 1era. edición)

Al maldito tiempo que,
obsesivo,
siempre extermina al amor.


Kronos, romanticismo negro: Evodio Escalante Betancourt

                     Darks, punketas, erzos, motos, cocos, transas, escatos habilitados y deshabilitados formaban el grupo que nos reuníamos en Dada X a entrarle a las chelas y escribir poemas. Es el naufragio del romanticismo, la Balsa de Medusa ha sido tragada por el mar. Somos los sobrevivientes de todas las catástrofes. Nuestra verdadera y única poesía es el temblor de cielo –como podría decir Huidobro- con su épica y su réplica. Somos los herederos de Novalis y de Hölderlin, de Schiller y de Marx, pero el sol que brota en el horizonte ya no es un gigantón rubicundo y jocoso que promete mejores días, sino el sol negro de la melancolía, o cuando menos, el de la desesperación más tenebrosa. Es la torsión del romanticismo, que queda exprimido como un trapeador, después de recoger la basura, las bachichas, los orines, los escupitajos que cien generaciones fracasadas e inútiles han ido depositando sobre el aserrín.

El romanticismo es la filosofía insuperable de nuestra época. Claro, es un romanticismo astillado, fraudulento, puesto de cabeza, con los estallados sesos de fuera, el que pululan los gusanos.

Sea KRONOS, con su declaración de principios destructiva, de Mónica Gameros, la famosa Moon. “¿Quésss el tiempo? Sino un arma de control, un arma de manipulación y poder, de preocupaciones inventadas, de mortalidad inevitable.
¿Quésss el tiempo?,/ sino una extraña obsesión al recuerdo/ y una mortal adicción a la nostalgia
¿Quésss el tiempo? Sino la cuenta regresiva de nuestra muerte, nada…”

Remito a esta exquisita escena de amor, de amor de la pareja, claro: “-¡Que orgía!-, gritas, y eso que llamamos tiempo, se desgaja ante el derrame cerebral de tu angustia.
Revisas con vocación, como un ginecólogo, en todos mis papeles, en todos mis recuerdos, en todos mis escritos, y gritas obsesivo, dos, tres y hasta diez veces, que me amas.

Yo escucho tus gritos  mientras en el espejo humeante, veo otra de mis cien mil vidas.”

La mujer tiene el mando, tiene la voluntad de poder, tiene el control. Por eso escribe Mónica Gameros: “Tu noche no termina con el sueño húmedo que tuve con la luna (…) Obedéceme…

Mejor acuéstate de lado, boca arriba te cae polvo en la mirada, de espaldas se te seca el amor en la médula y agachado, a cuatro patas, no dejas de aullar.”

Junto a esta ebullición de la negra angustia escrofulosa, también me gusta un poemínimo cuyo título es más grande que su contenido en versos. El título dice “Respuesta jodidas y cantos mágicos para la soledad”, y el texto puntualiza: “Sólo HOY/ 2X1/ ¡Aproveche!”

Termino con esta observación de Mónica: Lo malo de todo esto es que “Incluso el amor trae pegada la etiqueta de Made in Taiwán.”


 


INTRO


00:00
[¿QUÉSSS EL TIEMPO?]

¿Quésss el tiempo?
            Sino un arma de control, un arma de manipulación y poder,
            de preocupaciones inventadas, de mortalidad inevitable.

Si el tiempo es aterrante para los micro-organismos
            que resultamos ser en la composición de la galaxia...
¿Qué demonios nos hace ocuparnos del tiempo,
            como si en verdad existiera?
            Como si en verdad pudiéramos matarle,
            gastarle, derrocharle, manipularle.

¿Quésss el tiempo?,
            Sino  una  e x t r a ñ a   obsesión  al  r e c u e r d o
            y una mortal adicción a la nostalgia.
                       
¿Quésss el tiempo?  
            Sino  la cuenta regresiva de nuestra muerte…
            de nuestro olvido,
            de nuestra extinción,
                                   de   n  u  e  s  t  r  a
                                   n      a      d      a     .   .   .




00:01
[MELANCOLÍA]

Te tenía tan lejos que anhelaba tu quijada 
alargada, ensanchada, disuelta,
     clavada en mi cuello,
            exprimiendo mis senos.

Veo entre los recuerdos que archivé de ti,
tu ombligo desierto, 
insípido, 
seco,
mismo que me regalabas cada 27 horas.

Extraño no penetrarlo con la humedad de mis palabras,
me invade la nostalgia de lo que nunca hemos planeado.
            
Por acto reflejo, sé que echo de menos escuchar los borbotones en tus flancos,
sentir la cascada de tu saliva, ahogarme entre las risas 
con las que celebrabas tus deseos.

Sentada frente a las hojas, mis dedos se intimidan con la tinta que plasmo en mi diario,
pero las palabras se quedan y, a pesar de ser pecaminosas,
las recibe tu ombligo abandonado en el colchón,
muy serio,
las absuelve sin condiciones.

La nostalgia de tu quijada,            me amarra a la cama,
tu mirada insiste en verme como la virgen que nunca fui.

Yo sonrío y entiendo que eres un tonto
            
Me despido de ti 
y  te saboreo por última vez.

Tú, ansioso, casi adivinas lo que hago.

Incierto, por si acaso, me clavas con tu saliva
y remachas mis andanzas
con tus deseos cantados al alba,
como en una poesía maldita,
como en una mentira hecha promesa,
como en una plegaria inútil.

Por mi parte, 
he dado vuelta a la pieza con que te atraía 
y he declarado jake mate, en medio de tu mar egocéntrico.

Te aferras a la torre de tu soledad, al rascacielos de tu abismo e inútil, 
te niegas a perder esta batalla.

No te haz dado cuenta que ambos hemos sacrificado nuestros imperios.
No te haz dado cuenta de que por ti y por mí, 
                                                             es que llevo luto.

Morboso, arrodillados sobre un mar rojo,
miramos los restos del cadáver de nuestro idilio,
tirado, desecho,
como un harapo desgarrado,
                            
                                                 v  e  n  c  i  d  o  … 

Al final, 
nos tomamos de las manos,
nos sabemos culpables.

Enmudecido,
no buscamos justificación a nuestra insensatez.
Sólo somos los asesinos  maniaco-depresivos
                                             que le han matado.



00:02
[SANTA]

Buscas con caricias arácnidas la vulva de mi centro,
Ahí dejas al descuido tu agriedad suave.

Besas la palidez lunática de mi rostro.
Ríes como quien conquista la locura, mientras revuelves mis memorias.
Hurgas como un depredador hambriento.

Encuentras una de mis fotografías y te burlas de que falsamente
parezco una Santa de estampita. Después, 
encuentras mis escritos, tus ojos se desorbitan del asombro…
            
- ¡Que orgía!- gritas y eso que llamamos tiempo
se desgaja ante el derrame cerebral de tu angustia.

Revisas con vocación, como un ginecólogo,
en todos mis papeles,
              en todos mis recuerdos,
                            en todos mis escritos
y gritas obsesivo, dos, tres y hasta diez veces 
                                                    que me amas.

Yo escucho tus gritos mientras en el espejo humeante,
veo otra de mis cien mil vidas.
 Me observo en otra dimensión paralela.
Lejos de ti,
me encuentro frente al mar,
las olas tocan una sinfonía para mí.

Me pregunto cuándo entenderé que ese placer,
extenuador y asesino,
es la reencarnación y  la amnesia,
la soledad y el júbilo.

En esa tierra paralela,
la brisa marina me besa, igual que tu boca.
Guiada por tus frases pirateadas de un anciano juglar,
sigo tus huellas en la arena y me hallo junto a ti.
                          Ambos estamos sobre las rocas, 
amándonos impúdicos, lascivos, 
despreocupados de la luna vouyerista.

Por mi parte, me he enredado en tu cuerpo,
como la planta de mi madre lo hizo con la columna del patio trasero,
me sostengo y gozo del tiempo que me das,
gozo de ese tiempo que se va a terminar.

Tú dices que parezco una Santa de estampita, 
con la seguridad de un científico ateo.
 Yo, soy un grano de arena flotante,
     una hilera de estrellas muertas,
            un resplandor artificioso.

Soy un demonio que te pone sobre las brazas para devorarte.
      Trato de amarrarme a un coral, con la intención de no hacerte daño
       y entiendo que el daño 
       ya está hecho,
            que no hay solución,
            que no habrá absolución,
            que todo
                           ha terminado.


00:20
[TRES SOLES, DOS LUNAS]

Tu noche no termina con el sueño húmedo que tuve con la luna.
Tus lamidas siempre duran más que la eternidad y por eso, 
estoy segura de que si tu luna fuera la mía, tu saliva a flor de labios 
sería un gran desierto.
                  
            Obseso, reseco, me estrujas sin piedad.

Haz decidido desvirgarme de nuevo en cada intento.
Sólo para no sentir la invasión de tu territorio,
lo que es lo mismo, la invasión de mi cuerpo.

Obedéceme...
            Mejor acuéstate de lado,
            boca arriba te cae polvo en la mirada,
            de espaldas se te seca el amor en la médula
            y agachado -a cuatro patas-
            no dejas de aullar.

Pero antes de dormir,
            déjame dos besos distintos en la boca.
            Sorbe a tragos la luz y el tiempo,
            y dibuja ridículos corazones cruzados en la pared.

Por las madrugadas cámbiate las escamas de cada noche,
            por que estoy cansada de tu hedor.

Silenciosa, me cuido de que no leas mis pensamientos
            y me obligas a retejerme entre  tus brazos.

Sé que al amanecer veremos caer la lluvia que nos deprime
            y nos rejunta como caracoles en celo,
            y que una vez terminada la tormenta que nos afloja el ánimo,
            el sol se asomará a nuestra habitación para supervisar
            que seguimos intentando dar cabida en mi vientre a su hijo.

Mas, por ahora, dedico las horas a caminar
            sobre las arrugas de tus ojeras
            y descubro mi rostro en el espejo de tu mirada.

De ti sólo espero que me evapores de nuevo en tu ácido,
            para no tener que limpiar el parabrisas de tu apática sonrisa,
            de esa media luna que te protege del dolor, de su forma, 
            de su existencia.

De ti  sólo espero que me evapores de nuevo en tu ácido,
            para no lavar la vana ilusión en que te haz metido.

¿Porqué no me sorbes en tu tasa de té?

            De todos modos, sigo frente a la  ventana de tu cuarto.
            Observo niños tocando niñas,
            ancianos patriarcas acariciando sus manos,
            perros lamiendo gatos.

Bajo el sol, vuelve a las dunas de las almohadas y ahí, 
           enamórame como el viento lo hace con la rama.

Deja de interrogarme por que ya no sé quien soy,
            ya no sé si hablo tu idioma,
            ya no sé si puedo esperar de ti
                            algo más que la cura del cáncer,
                            algo más que la vacuna contra el sida,
                            algo más que tus críticas sin fundamento.

Sólo dime, ¡contesta!
            ¿Qué me has hecho?
                            Porque ya no creo en tus palabras.
                            Porque tus promesas me suenan a mentiras en rima.
                            a canciones gastadas, a comerciales idiotas que venden
                                                       un segundo de felicidad barata y simple.

Sólo dime. ¡Contesta!
             ¿Qué me has hecho?


00:45
[PROHIBIDO AMAR]



Tus palabras gotean como agujas sobre mis pestañas
            y ciega pierdo los pasos, tropiezo con el cielo.

Me ahogo en el abismo de tu apatía y tú 
            sigues rencoroso el registro del cronómetro de mi orgasmo.

En tanto, la ansiedad en espera de tu voz se atormenta y se lanza contra las paredes de mi casa,
            quiere la dolorosa libertad del mundo, pero no sabe como conquistarla,
            y mejor le pongo la camisa de fuerza, para no escucharte
            en tu dictatorial y necia desconfianza.

Mutilo mi respiración en un ataque de ira y es entonces que en el primer destello del alba, 
te vislumbro junto a mí.

Siento que la cordura vuelve sin aviso previo.

En ese instante, la tensión ya me aflojó los huesos,
han transmutado en conchas de mar pendiendo de hilos y -como mi alma- 
se mecen con el ulular del viento.

Harta de ti/ de tu estúpido temor al dolor,
            me permito descansos que luego,
            obsesiva/
            me reprocho/
            por que me llevan a la derrota
            de la batalla contigo.

Quiero levantarme de la cama donde me posees,
            pero cada movimiento
            parece imprudente
            por que te amedrento.

Te veo pasar de largo/ por la espiral que va al cielo,
            sin inmutarte.

Tus manos agrietadas me desollan,
            tu mirada de retiro espiritual me censura,
            tus labios de vendimia
            me duelen.

Tu saliva jugosa/ venenosa/ adormecedora,
            me emborracha
            y me provoca vértigo.

Quiero levantarme de la cama donde me posees,
            y al filo de tu puerta/ una inscripción advierte:        
            “Prohibido amar”

Mientras, en la pared de tu cabecera cuelga un Cristo torturado,
            sangra agonía y le canta al placer del martirio,
            llora y piensa en su muerte anunciada,
            al unísono de mis jadeos en el altavoz.

Vuelvo a leer “Prohibido amar/justo sobre la puerta,
            junto al Cristo torturado que nos mira y nos odia
            mientras fornicamos sin pensar en su sacrificio.

Tu cuerpo aprisiona el mío,
            tus ojos pierden esa mirada de malicia.

Te he hipnotizado con mis jadeos de sirena
            y tus labios me besan
            para no dejar escapar tu voz en palabras.

Fracasas en el intento de censurar tu garganta,
            pierdes el control mientras me acribillas,
            gritas y juras que no me dejarás ser de nadie más,
            Ni siquiera mía…
Cristo torturado,
            se burla de ti a carcajadas.

Tu lengua desatada se amotina contra tu mente desconfiada,
            pierdes el control frente al inconsciente
            que te hace hablar como un dictador
            lo hace con la  masa esclavizada.

Por cierto, tus palabras no son
            “Prohibido amar”
            y es entonces
            que te ahogas en demagogia
            ante la aterradora verdad de mi partida.



00:59
[Ma-Ña-na]

Las primeras horas del día provocan el despliegue de mis alas.
            Humedecidas por el llanto del alba,
            resultan inútilmente brillantes e inadecuadas
            para sostenerme en el vuelo,
            desisto de las ansias de huir,
            de salir volando por el orificio de tus lagrimales,
            de salir huyendo de tu tristeza,
            de escapar de las cadenas de tus recuerdos
            que me atan y me condenan a vivir contigo
            ausente, vacío, s e c o.

Una vez despierta sobre la nube de tu olvido,
            me incinera el corazón la búsqueda de tu pecho
            y en un suspiro, me trago tu aliento,
            respiro tus latidos/ siento tus olores entre mis sueños.

En el eco de mis sueños mezclados con el temor
            que destilan tus pesadillas, te quiebro la sonrisa en mil pedazos,
            en mil partes de ti que se hacen un millón, en miles de astillas
            que me desangran hasta la muerte/ una y otra vez,
            como las noches de insomnio en las que vives el suicidio
            de todas las amantes que has destruido.

Te observo clavar la estaca sobre mi pecho, como ha dictado la sentencia,
            y seguir tu camino como si nada hubiese acontecido,
            como si las torres de tu vanidad hubiesen caído de nuevo
            sin asombrar a nadie.

¿Para qué buscar la respuesta a tu ausencia?

Las manecillas corren angustiadas/ acosadas por el tiempo,
            e inmisericordes, tratan de arrancarme el alma,
            para resguardarse de las dunas de los segundos descarriados,
            incontrolables, asfixiantes.

Eso me hace recordar que esta mañana
            le pregunté al frío  si te vería de nuevo.

Enseguida recordé que es inútil hacerlo
            por que la respuesta siempre es la misma:

¡Vuelve a preguntar mañana!


01:01
[SILENCIO]

Guardas silencio y te descubro menos hábil que un imbécil,
            Tus ojos divagan en muecas de torpeza,
            tu sonrisa, ausente,
            se esconde pudorosa y mojigata.

Pregunto la causa y recibo otro silencio alargado,
            diluido en frenéticas horas
            de abundante ansiedad.

Tanto silencio me asusta.
            Ojala pasara un halcón y te sacara  la lengua.

Olvida los segundos y fantasmas del pasado,
            ¡Mándalos a la mierda!
            De cualquier forma
            ya están muertos.

¿Cómo es que te recuerdas en todas mis historias?
            Te conocí ayer, no antes.

¿Por qué te afligen los sudores y los olores de mi gozo?
            Si todos están olvidados por mí.

Deja de levantar la mirada sin contestar a mis preguntas.
            Dios no existe.

No bajes los surcos de tu frente,
            el diablo nunca besa.

Deja  las dudas y los celos
            en el  cajón de las copias del fax,
            Aprisióname contra  ti
            y cerciórate de que yo
            sí existo.


01:05
[DESAHUCIADA]

Sentada en el banquillo,
            convertida en pieza de mármol para el ajedrez,
            su lengua soltó el diagnóstico,
            Desahuciada dijo la especialista
            mientras sonreía
            como la burócrata lo hace
            con su jefe vitalicio.

Lo dijo con calma acostumbrada,
            al ritmo de Ray Coniff en el conmutador,
            sinfonola de la aburrida terapeuta.

Recetó acupuntura, hipnotismo, yoga,
            pastas aderezadas con whisky o tequila,
            kilos de chocolate
            y más horas con Morfeo.

Le escuchaba mientras fumaba yerba de olvido,
            y pensé en el maldito verdugo que me tortura
            con su sádica sonrisa,
            con su caricia urticante.

Pensé en mi maldita adicción a ese cabroncete,
            quien no deja de reír mientras me azota
            contra las paredes de su locura
            y me obliga a usar su camisa de fuerza
            como vestido de bodas.

Recordé su rostro,
            dejé de escuchar a la especialista
            y asentí con la cabeza…

Sí claro, Sí, definitivamente. Sí, estoy decidida...
            le recé mientras me despedía de ella,
            Jamás un No. Jamás un Pero. 
            jamás una duda sobre su elocuente diagnóstico.

Cómo explicarle que el verdugo tiene colmillos,
            que nunca ha fingido ser otro/
            que al menos
            eso le agradezco,
            por que, al menos,
            no es hipócrita
            como el mundo entero.


01:10
[VAMOS, SÓLO DÉJATE CAER...]

Te regalo una de mis alas…
            Sé que ya no puedes respirar más
            en esta tierra.

Vamos, sólo déjate caer...
            Te regalaré un pedazo de mi alma
            para que no mueras en la caída.
            Sobre mi cama de estrellas volverás a soñar.

Te obsequiaré un poco de ansiedad para que vuelvas a volar,
            una de mis alas para que cedas ante el vértigo
            de ser libre de nuevo.

Exprimiré tus demonios y me vestiré con tu piel
            mientras te elevo con mis cantos.
            Te llevaré a pasear por la vía láctea,
            para que no te ahogues en el abandono del olvido.

Y te daré una de mis alas para que puedas volar
            mientras el viento me cuenta tus pecados,
            mientras tus sueños
            me lanzan al remolino de tu esquizofrenia

Vamos, sólo déjate caer…


RESPUESTAS JODIDAS
Y CANTOS MÁGICOS
PARA LA SOLEDAD


Sólo HoY
2 X 1
¡Aproveche!


01:15
[L I B E R T A D]


Para Max Rojas
por su entereza
                       


Sólo soy polvo de la tierra indómita,

y así

quiero permanecer…



01:30
[NOCK OUT]

Las historias de amor terminan como las guerras,
            aparentemente hay un vencedor y un vencido,
            en el fondo,
            ambos lados pierden una montaña de sentimientos,
            y una larga lista de recuerdos
            destrozados por la imbecil testarudez
            del ego-centrista
            que declaró la guerra
            a la banalidad de las mentiras.

1 (Uno) termina su propia historia de amor
            ahogado en incertidumbres y temores.

1 (Uno) se muerde el alma cuando nos aborda la nostalgia,
            y como siempre, a pesar de la careta que usamos
            en el carnaval del éxito social/ en medio del silencio.

1 (Uno) busca entre los archivos eso que nos hacía felices.

Luego el orgulloso amor que 1 se tiene a sí mismo
            le convence a uno de seguir así
            para no ser descubierto
            en medio de las crisis melancólicas.

Nos entregamos a las repeticiones constantes
            del canto mágico del olvido,
            del canto de la conveniente amnesia,
            de la coraza que le ponemos a los suspiros
            y aclamamos bajo la luz de luna llena:
           
¡No busques más tus labios en mi boca!

Pero nos perdemos en el basurero de los recuerdos
            desechados por el despecho.

Queremos regresar el tiempo,
             arreglarlo    t  o  d  o.


Reconstruir en medio de la
d
e
v
a
s
t
a
c
i
ó
n


La instantánea tristeza lo obsesiona a 1 (Uno)
            con querer reparar las cosas…

Al final la maldita razón nos expropia el corazón
            para curarlo de espanto
            y tatuarle en cada latido,
            el rezo mágico del olvido:
            ¡No busques más tus labios en mi boca!

¡No busques más tus labios en mi boca!
            ¡No busques más tus labios en mi boca!
¡No busques más tus labios en mi boca!
                        ¡No busques más tus labios en mi boca!
            ¡No busques más tus labios en mi boca!
                        ¡No busques más tus labios en mi boca!
            ¡No busques más tus labios en mi boca!...


01:59
[ENAJENADO]

La sinceridad afectada en tu mirada
            me hace pensar en una solitaria mariposa nocturna.
            Tú enajenado, obsesivo,
            quieres gastar toda fuerza en una luna.

Te buscaré en cualquier gota de sudor,
            Observaré tus gestos congelados por el miedo,
            por la inquisitoria duda/
            por la falta de sueños.

Paranoico, me miras y me diseccionas, para saber si miento.
            En tanto, tus manos sostienen la libertad de mis nalgas,
            Entiendo que el amor, a veces, es una serpiente pisoteada.

¡Extraño caso! pienso en silencio
            mientras me chupas el cuello
            y me desangras excitado.

Tengo nostalgia de los momentos con tu otro yo silencioso,
            sin sentimientos,
            sin palabras huecas,
            sin promesas apócrifas,
            incluso sin sexo,
            y le añoro aún más
            que a todos los orgasmos contigo.

Te digo que eres exhibicionista y paranoico,
            Me lames frente al asombro del mundo entero.

Te aferras a mí como el tronco que se hace uno con el río
             y  tus palabras me convierten en rama.

Así, mi cuerpo desnudo
            se disuelve en el azul profundo de tu soledad.

Te conviertes en la luna que congela,
            en el agua que me ahoga
            con la dulce saciedad de tus besos.
            Esto que siento es la locura y me enferma.
            He perdido la calma,
            las ansias de sentirte aumentan mi adicción
            a las cicatrices que vas dejando en mi piel
            tan sólo para dejar registro
            de tu esquizofrénica obsesión de poseerme.

Me enfermaste y me haz vuelto masoquista,
            Lloro por mi otra yo que se ha convencido
            de que es imposible
            huir de tu veneno.


02:01
[TASA DE MORTANDAD: 23%
A VECES HURACÁN, A VECES VIENTO]

Arrugué mi alma como a un papel aferrado al viento,
            uno que en cualquier momento se torna huracán.

De reojo miró las estrellas que me provocan vértigo.
            Salto tres veces
            y alcanzo a ver mi reflejo
            en el espejo de la luna.

De primera, no me reconozco,
            Recorro los primeros surcos,
            me doy cuenta de que una parte de mí,
            ya agoniza.



02:10
[HASTÍO]

Cada noche inicio y termino la batalla.
            Me empeño en ganarle a la muerte
            con sólo abrir los ojos de nuevo, aún sin desearlo,
            con observarme alrededor del otro,
            en silencio,
            para descubrir sus secretos,
            para cantar sus plegarias,
            para bailar sobre sus sueños.

Abro los ojos y entiendo que
            hay que aprehender la presencia de alguien
            o asumir su eterno vacío.

Vacío que sólo el diablo sabe cómo,
            se transformó en memoria de la utopía,
            del estereotipado amor,
            que no es sino insulsa obsesión por lo inexistente.
            Mas/ con el morboso odio y el enfermo deseo
            de que no seas una ilusión,
            mi cuerpo y yo
            nos encontramos con tu cara funesta e impropia
            en cada parpadeo.

Encuentro en los agujeros de tu alma roída,
            marcada por tu avaricia de amor,
            cercenada por tu desconfianza pútrida y seca,
            las cuentas de los saldos de tus mentiras
            y el cambio que robaste de mis historias.

Veo los parches de tu corazón
            remendados uno sobre otro,
            una y otra vez,
            siempre con hilo transparente
            para que no se vea que eres un pobre miserable
            que no se atreve a saltar en la fuente del gozo,
            Un avaro que no deja de contar para no perder más.

Ocultas al hombre que pretende vivir en paz,
            sin dejar su adicción,
            a pesar de su temor a sufrir,
            a pesar de sentir el yugo,
            a pesar de seguir rasgando su hueca alma,
            sólo para que yo entre.

Me voy, no sin lamentar el tiempo que perdí contigo,

Me voy arrepentida de lidiar
con tu necedad enfermiza por evitar el dolor
a cambio
de no aceptar un beso.


02:15
[DORMIR SIN TI]

Todo parecía mentira:
el frío, el vacío de mi cuerpo olvidado,
el vacío de la soledad, el vacío de la angustia,
la invasión del pánico.

Traté de convencerme de que todos eran pasajeros.

Traté de engañarme, repitiéndome que no existían,
que me había deprimido la lluvia ligera del día, que extrañaba al sol
y que todo era química neuronal jugando con mi cerebro.

Exasperada, lo único que logré en mi mente,
fue verte.
Luego... 
Sólo apagué tus ojos.


2:25
[SUEÑOS]

Perdida en los amargos desiertos de tu reloj,
sin guía, sin brújula, sin faro que me oriente,
me dispongo a quemar mis entrañas sin piedad,
sin corazón, sin ablandamientos.

Pero todo es inútil, por que en mi tierra onírica,
tus lágrimas inundan el silencio y me diluyen del hoy,
me orillan a esconderme en el ayer,
a dejar de pensar en el futuro,
a saber que no eres sino utopía,
a desear que te ahogues en el lago de la amnesia.

Con el asalto a la tranquilidad de mi noche, salí de la cama e inicié la carrera,
busqué la nota del sueño, la que dejabas en tu puerta.

A d i o s   y   s u e r t e, decía la nota.

Hoy, sola, frente a tu puerta,
sin poder creer el vacío que testifico, preferiría quedar petrificada,
acariciar una piedra en la montaña,  dormir sobre el musgo y el hongo,
besar al mar, llorar con el cielo.

A d i o s   y   s u e r t e/escribo sobre las nubes que impulso con pequeños suspiros y las dirijo a tu marejada de tristeza con la esperanza de que un día
leas la nota.

A d i o s   y   s u e r t e,
escribo sobre las nubes
y como nunca antes, rezo para que abras tus párpados
y leas la maldita nota.
            La incendiarás con tus odios/ la usarás cuando no tengas papel higiénico,
la meterás en un archivo muerto, después de perder la llave.

A d i o s   y   s u e r t e,
            escribo sobre las nubes.
            Sé que sólo deseo dejar de prometerte
            que seré tuya.
            Pero es inútil,
            ya soy piedra
            ¿para qué llorarte?
            ¿para qué buscarte?

            ¿para qué amarte?

Quisiera que lo entendieras,
            pero has quedado ciego ante el asombro de mi olvido.


02:59
[NAVEGANTE]

Siempre viajé contra marea
            sin importar las embestidas.

Siempre con falsas expectativas de encontrar
            otro loco igual a mí/
            justo en medio del océano/
            solo con su veleta/ sin viento/
            sin coraza/ dispuesto a experimentar la hiel
            y la melaza del mal tiempo.

¡Lástima que el temor al dolor
            haga que la mayoría,
            sólo mire
            desde la mutiladora certidumbre del muelle!


03:01
[DERROTA]

En el infinito eco de tus besos me silencia la añoranza
            y dejo de atender las notas que guardas de cada una
            de tus decepciones amorosas.

Con mueca por sonrisa/
            me pesa la derrota que me tomó sólo 2 minutos.

Lamento no haber lanzado el vaso de cerveza sobre tu cara,
            mientras te burlabas de mis sentimientos hacia ti.
Otra vez callada/ espero que me encuentres en tus sueños,
Ahí te espero hasta que me deleite
            con el sabor dulce de la soledad.


03:15
[DEFINIRTE]

Rayos de luz, alba que fallece,
ojeras cóncavas, malhumoradas, indigestas.

Eres un halo de viento y tu cercanía despierta a la ninfómana
que transporto desde las raíces de mi árbol genético.

Verte en ese rectángulo virtual de sacrificio nocturno
me pone más cachonda que una tacha.
Observarte desnudo con tus inútiles alas,
sin vuelo, sin movimiento, me hace desvariar
e imaginar las terribles cosas que te haría.

Tus huesos cantan a la tristeza, tu sonrisa es de hielo.
(Confieso que te espiaba con morbo
cuando la recortaste de un anuncio de dentífrico
y la colgaste de tu mueca desangelada)

Tus dedos recorren el camino al desierto, sin descanso,
bailan por que no te atreves a hacerlo.

En medio del gran salón de la inconformidad,
giras y rompes todo mientras lo inundas con tu sarcasmo.

En un segundo, la vida te abandona o finges tu muerte,
            Luego, cansado del performance y sin poder controlarte,
            resucitas con un toque de mis dedos.

¿Mientes?


03:33
[SIN EVIDENCIA]

Hoy preferí cerrar los ojos, hacerme la ciega,
dejar de sentir pena.

Pude entender a todos los que viven así, lejos de todo e inmunes a la tristeza, con su congelada sonrisa estúpida y su semblante de Éxito.

Y es que con los ojos abiertos, siempre me pierdo.

La vereda se me esconde traviesa, el pánico me invade,
la oscuridad se hace abismal.

No hay desiertos. No hay lujuria, tampoco miedo,
            menos pasión, el gozo y la dicha son veneno.
Piso las arrugas de la medusa
            y me rasguñan sus hiedras venenosas,
            Todas permanecen ahí, tiradas en la acera,
            para pedir las limosnas del odio de todos
            y recoger la caridad del amor de nadie.

En sueños mis ojos se abren todo lo que pueden,
            Dos faros me alumbran,
            miles de carcajadas siguen a la tortura,
            el silencio es un puñal y cuatro relojes detienen el tiempo,
            los segundos son ahora parte de la sentencia.

Pena capital, dice una de las voces desde su anónima oscuridad.
            Busca tu camino de regreso si lo encuentras, grita otra voz,
            ¿Cómo?... me pregunto,
            En este infierno ni Dante me encontraría,
            grito mientras los azotes de la amarga apatía 
            me ahogan en la infinita desesperanza.

De pronto, descubro que ese infierno está lleno de millones que me rodean,
            pero nadie me habla, son ciegos y se hacen los sordos,
            algunos me pisan, otros, me olvidan.

Hoy, en medio del silencio, olvidada, evitada,
            apáticamente no vista,
            en un segundo
            descubrí que mi infierno
            es este abismo
            al que llamamos casa.


04:02
[POR JODER, SÓLO POR JODER]

Qué piensa este cuerpo que me odia tanto como yo le quiero.
Me recuerda que está vivo sólo por el dolor y el placer de joder.

El día que muera será un día de fin de siglo.
Un día que, cómo están las cosas,
            seguro la muerte viene después de que
            este cuerpo me castigue por siglos enteros,
            antes de agotarse,
            antes de extinguirse entre los telares del tiempo,
            antes de la extinción de mi cosmos,
            al final del quinto sol.

Qué piensa este cuerpo mío que sádico me desangra,
            me azota, me envenena & luego,
            me lleva al infierno de la dulce venganza terrena,
            de la puta soledad que me invade/ que me debilita y me sacrifica
            para que mi cuerpo siga en su placentera y paulatina muerte.
            Este cuerpo mío lleva un ejército de hormigas en mis venas,
            Algunas veces, piadoso, amoroso, contradictorio,
            me ayuda y me recuerda que no ha muerto
            por que el alma que cargamos entre los dos,
            siempre lo quema todo.

Mi cuerpo y  yo somos buenos amantes
            y nos odiamos
            como todos los amantes del mundo.


04:15
[NADIE]


Entre la oscuridad me aterra recordar mi debilidad por ti.
            Me enferma la esclavitud de mi corazón,
            que loca y obcecada te ofrecí sin entender
            que era mi libertad la que te obsequiaba.

            Sentir la fragilidad que transpiro por tu causa,
            asesina cada segundo reciclado en tu ridículo juego de poder.
            Entre la oscuridad, escucho los suspiros de mi alma,
            y la ansiedad que ella padece por el deseo de amarte,

Siento cada una de mis noches/ sin remordimiento ni culpa,
            esta obsesión de matarte mientras te saco los ojos
            que me asesinaron el día que nos descubrimos.

Triturar tus ojos no es lo mismo que incinerar tu voz.
            Tenerte en una tumba imaginaria,
            no es lo mismo que desear no sentir nada al recordarte,
            pero, si es o no posible.

            No importa. Tú, no eres nadie.
            Así lo he decidido.
            Así lo he asumido.


¿PORQUÉ NOS  ESCONDEMOS?


04:51
[ABC DEL PARANOICO AMOROSO]

Derramo los segundos ocupándome,
            moviendo el cuerpo y la mente sin cesar,
            y hasta logró dejar de pensar en ti,
            aunque sea un poco mientras sonrío sin ganas,
            mientras finjo que todavía me amas,
            mientras tenga lenguas hiperactivas enredándose en todo,
            cruzando destinos como crucigramas en latín.

De pronto percibo algo, cierro los ojos para no mirarte en el recuerdo,
            sino sentirte de nuevo.

No quiero verte y siempre termino hipnotizada por tus ojos.
 No quiero sentirte y lo primero que resiento
es el olor de tu cuerpo.

A veces hasta me ahogo con tu aliento.
            me envenenas con el rencor de tu saliva.

            Cierro los ojos y sé que estoy condenada.

Sólo espero misericordia de tu parte cuando,
            dispuesto a olvidarme,
            quiebres mi cabeza sobre la almohada.

Sólo espero piedad cuando envilecido por tu falso orgullo,
            atines a señalarme y maldecirme por usar la cabeza,
            salir corriendo de tu lado por que me dañas,
            me torturas, me provocas ataques de abstinencia.

Mi cuerpo me tiene loca por tu causa.
            No deja de soñar contigo para compensar tu ausencia.

Si pudieras sentir lo que en mi arde cada vez que te miro,
            que te memorizo con tal ansiedad, como si muerta de hambre
            los dioses te ofrendaran en mi plato
            y te exprimieran en mi copa.

Si pudieras escucharme en el silencio,
            saber lo que mis venas  cantan para ti,
            leer en mis ojos
            que extraño tus surcos amotinados
            en eso que llamas sonrisa.


04:59
[PIRATERÍA EN ROSA]

Respiro y sé que vivo una versión pirata de ideas sembradas en mí,
desde que masticaba las costras de mis rodillas.

Para qué me enseñaron a buscar al hombre que no existe.
Para qué los autos de pilas y los galanes de fantasía, siempre relucientes,
sin falta cada 6 de enero,
sólo para cumplir con el entrenamiento de la vida en el juego infantil de la estúpida competencia entre primitivos.

Da risa pensar en la vida de fayuca,
en la diplomacia, en el oportunismo, en el olvido obligado,
en la colectiva amnesia.

La versión pirata de la vida terminó con todo,
hasta con mis ganas de seguir respirando.

Los príncipes no existen
ni entre la fayuca china de contrabando,
y (cansada de buscar)
doy cuenta de que la piratería ha terminado rápido
con las vanas ilusiones,
tan rápido como ha terminado con las ideas.

Los príncipes resultaron, en el mejor de los casos,
soldaditos de lata, por que no alcanza ni para el plomo,
y la mayoría de las veces,
sólo son sapos que revientan de celos,
hartos de las mentiras de las otras

Y NO DE LAS MÍAS.

Y así vivimos, amamos, respiramos,
comemos y cagamos mentiras.

Los pollos hormonados,
las vacas locas, la leche sin grasa,
el pan sin harina, las drogas sin tóxicos,
el amor sin sentimientos, sin locura, sin obsesión...

T o d O    Light.

La felicidad condicionada al silencio ante el engaño,
para que no se acabe,
para que nuestro amor propio
no termine con la comodidad del otro,
con las ilusiones de las quinceañeras
que siguen creyendo en los príncipes
que ya pagaron con oro a las hadas madrinas
el privilegio de poseerlas vírgenes.

Proxenetas con alas y príncipes pederastas...
            pero en versión pirata y light.

Incluso el amor trae pegada la etiqueta  Made in Taiwán.

La sociedad 1 mentira constante, juego de rivales,
Todos engañan, tranzan, abusan…

La política de promesas y discursos gastados,
demagogia hecha canción de moda.

El tiempo de tu muerte transcurre, junto con los segundos, 
es el receptáculo de tus sueños frustrados.

El dinero, pedazo de papel o metal converso en Dios,
en omnipresencia, en fundamento de la absurda existencia.

La sonrisa, el infinito silencio que nos aleja del fracaso,
de la verdad que nos agobia/ 1 (una) delgada línea
que flota en medio del lago de esta vida seca,
escurrida sobre tu mueca, sobre las marcas de tus años,
sobre un rostro envilecido por la tristeza.

La vocación, la compra que nos hacen los padres y que nos venden toda la vida,
para ser alguien, para no ser vagos y putas,
para no dormir en las calles,
para vivir angustiados por los créditos y los impuestos,
para pensar en el día
de la gran elección.

En el extremo, el colmo, pues la tristeza que me inspira estas líneas,
también es mentira, porque al final, sólo es parte de utópicas esperanzas,
de lo que consumes, de lo que compras,
de lo que vomitas.

Hoy todo es pirata y así, en medio de la mentira como sistema de vida,
en mi cama ya no hay solicitud de empleo.
            Supongo que se debe a que ya no he publicado
             el anuncio de amor  sobre mis caderas.

Será que ya a nadie importa que todo sea mentira,
            sólo importa que sea barato, que no duela,
            de lo contrario se le desecha por el inodoro,
            directo al drenaje, Total, qué importa que se atasque
            la red hidráulica de la ciudad con la nostalgia de todos nosotros,
            que nos secamos, que nos exprimimos
            entre odios y resacas de histeria.

Y por todo eso/ vivimos inundados de pestilente tristeza,
            pues todo resultó ser una mentira
            que dura lo que un suspiro.

Hoy el silencio come conmigo,
            la luna abraza mi insomnio,
            y yo sonrío ante la soledad,
            única verdad,
            desde que nacemos hasta que los gusanos
            nos conviertan en abono
            para las arenas del tiempo
            en el reloj de la luna.


05:01
[KAMIKAZE]

Para un suspiro, mejor un ataque terrorista contra el amor.
Un ataque kamikaze con mucha pólvora,
            con mucho fuego y caos,
            con mucha sangre.

Que las llamas del odio nos impacten
            y nos enmudezcan,
            y nos silencien,
            y nos detengan en la charlatanería
            de todas las horas hábiles,
            y que nos hagan callar
            en medio del poder absoluto del silencio,
            para que escuche al último de tus duendes,
            cantando sobre la absurda realidad,
            bailando como un borracho feliz y sicótico,
            levantando un tarro de cerveza con el que (cursi)
            vuelve a sentirse vivo y (de nuevo) cree en las películas de amor.

Por eso, para un suspiro, mejor un ataque kamikaze.
            Así nos quedamos con la mejor parte,
            la que no nos invade el insomnio
            por ocupar la mitad de la cama,
            la que no altera las manías de nuestra vida
            o nuestra costumbre de muerte,
            la que siempre sonríe y jadea
            y no apesta/ y no ronca,
            y no se pedorrea bajo las sábanas.

Por eso, para un suspiro, mejor un ataque kamikaze,
            y mejor la vida compartida sin compartir la renta,
            sin compartir la comida y deglutir cosas raras,
            sin compartir el teléfono y los celos,
            sin compartir el televisor,
            al que odiamos
            por que es lo único que nos unía,
            en silencio, sin vernos,
             sin tocarnos, sin sentirnos.

Por eso, para un suspiro, mejor un ataque kamikaze,
            directo a nuestro inconsciente yo,
            posesivo, obsoleto, paranoico,
            Y no despertar con la camisa de fuerza,
            con los rayos del atardecer abrazando nuestras alas,
            y las estrellas cosiéndonos las garras,
            acurrucándonos la angustia de sentirnos solos
            por que esa persona se marchó
            y no se llevó sus cosas, ni sus ansias,
            y nos dejó tomando té con sus fantasmas,
            y nos dejó sus fobias entre las sábanas.

Por eso/ para un suspiro/ mejor un ataque kamikaze,
            y no las cuentas de los terapeutas de toda la familia,
            (incluyendo al perro que cayó preso por violar al gato)
            y no  los intereses de las tarjetas de crédito
            para bajar los kilos que nos amamos,
            para volver a invertir en plumas y joyas,
            y enamorarnos  de nosotros y de nadie más,
            por que quien sigue no se quedará y al final se mudará.

Por eso/ para un suspiro/ mejor un ataque kamikaze/
            y no las pensiones del divorcio
            y de los hijos y de los colegios.

Y  no los pagarés del auto, del tuyo y del otro,
            y del que quiere tu nuevo romance
            (quien en realidad ya había sido tuyo en el pasado)
            quien ha vuelto para cobrarte la factura de hace
            10 años, 6 años, 2 años, 3 meses . . .                     
            666 siglos.

Por eso/ para un suspiro, mejor un ataque kamikaze,
y no la destrucción que los demonios del otro
provocan en la comisura de tus labios,
sellándolos, lisiándolos,
para que no sientas,
para que sólo bosteces
y vomites las migajas de lo que todavía sientes.

Por eso, para un suspiro, mejor un ataque kamikaze,
            y no comernos mutuamente en el teatro del odio y el reclamo.
            Por que, aún exhaustos, tendríamos que correr
            para aprovechar el bufete del show de nuestra miseria,
            donde el plato principal ofrece la pus de nuestros poros,
            los huesos de nuestros cosmos, las quesadillas de sesos
            que gastamos en mantener las mentiras,
            para no ser culpables y no salir perdiendo.

Por que a nadie le place que lo odien,
            que lo dejen,
            que lo abandonen…

Por que nos convertiríamos en perdedores, inadaptados
            y empedernidos promiscuos e inmaduros,
            por que estamos secos, porque somos desierto,
            por que somos arena y tiempo, siempre el maldito tiempo.

Por eso, para un suspiro, mejor
            un ataque kamikaze.