REQUIEM | Poesía para mis muertos | MONICA GAMEROS




REQUIEM

poesía para todos mis muertos


 Imagen Álvaro Sánchez -Guatemala-


La muerte es una vieja pedante.
Nos rompe el corazón,
para ver -si de refilo-
nos lleva también
en la misma bolsa

Monica Gameros



La historia se repite 
y seguimos corriendo 
entre los rieles de la rueda

A los muertos de la corrupción mexicana


Otra vez el silencio que se impone,
como el silencio que domina antes del ciclón,
como el silencio que domina cuando la muerte se posa junto a la vida que se escapa, etérea.
Otra vez guardamos silencio. Igual que 32 años atrás cuando nos sorprendió, a primera hora, la tierra despertaba y como entonces,
en silencio, los pasos, los brazos unidos, 
las manos que sacan el despojo, que ataca, que mata.
Otra vez no hubo necesidad de generar alerta y llamar a gritos. Otra vez las personas salieron de casa.
No hubo necesidad de que nos llamarán.
Recordamos bien, 32 años atrás, el paso que desmoronó y dejó hecho escombros lo que en silencio sucedió, sin que nadie lo supiera.
Otra vez las ruinas bajo los zapatos,
la sangre bañando las ruinas,
las ruinas demostrando, todo el tiempo,
que somos un pueblo de gigantes gobernado por enanos, por los buitres que se posan sobre las ruinas para comer carroña.
Otra vez el olor a muerte,
el silencio que se impone, para escuchar el lamento de los que yacen bajo los muros derribados,
gritaban mientras escuchában nuestras manos que escarbaban, mientras gritaban y guardabamos silencio, para que supiéramos que siguían ahí y que se negaban a irse en silencio.
32 años y la sorpresa vuelve.
32 años y la desmemoria vibra,
y el día cobra nuestra soberbia por olvidar dónde vivimos;
mientras todo cae,
los recuerdos vuelven,
los muros se derrumban frente a los ojos,
la mente regresa 32 años atrás,
la tierra brinca, el miedo brota de adentro,
de muy adentro,
el terror del recuerdo,
de la derruida desolación que nos dejó 1985,
de la situación de guerra silenciosa en la que vivimos sin darnos cuenta.
La tierra se sacude, el fondo se reacomoda y en silencio recordamos 32 años de luto que nos domina y nos ha vuelto paranoicos,
32 años que nos impone el simulacro,
que deja salir el llanto de quienes quedaron en silencio como testigos del trágico e ineficaz sistema que se detiene para la foto:
simula, sonríe, promete
y no hace nada,
lo sabemos y ,como 32 años atrás,
hemos salido en silencio y,
mientras el silencio nos domina,
reunimos escombros para sacar los cuerpos,
para decirles adiós o para rescatarles con vida.
Como 32 años antes sabemos que el silencio no es sumisión sino la mecha de la bomba que causó la grieta en el sistema y, mientras vemos los cuerpos sabemos que hasta el silencio tiene grietas.


19S CDMx 2017




AL POETA DE LA EPÍSTOLA INFRARREALISTA
Ni hablar, te metiste hasta el fondo, caíste como siempre,
flotaste entre versos.
Tu sombrero no será la vida entre el mar del fijador de grandes melenas, 
ya no será la luz en medio de la falsedad.


Ni hablar: saca, rola
y préndete las hojas.

¿Te acuerdas Ramón
que siempre quisiste ser un clásico?
Te calificabas así, ahora
seguro se cumplirá tu deseo.

Serás el neoclásico. Serás eterno.
Salud pinche borracho
Préndete y saca las hojas,

ahora sí podrás leer 
infinito.

en memoria




A mi abuela

Extraño| huir del frío| viajar sobre fuego| sentir ardiente suspiro y volver 
-agotada- a la templanza de una casa que hospeda a la Catrina, 
quien me observa y me dice que la voz la tengo nublada, 
que en mi pecho reposan moribundas mariposas.


Qué mal sana nuestra fobia a la muerte,
nos aferramos a la vida aunque ya no lo parezca,
no queremos soltar por egoístas
y queremos anclar a nuestra gente
aunque en ello se les vaya la vida de a poco,
con dolor permanente.

Y lo único que buscamos es evadir el propio duelo.

Qué malsana la evasión de la certidumbre,
quien nace muere, quién vive libre
sabe que mañana podría dormir para siempre.

Y por eso ama, 
libre, lo expresa sin pensar en nada,
sin esperar la sombra de la muerte.

Qué malsana la costumbre del desgarre colectivo,
de la santificación de los muertos,
del lamento hipócrita,
del carroñero lastimero.

Qué malsana y que aberrante
la triste maña de arrimarse a la fama
aunque apeste a quien ha muerto.



A José Emilio Pacheco
con gratitud
enero 2014

Te llamaban profeta del desastre
poeta del apocalipsis,
pero es que tus ojos eran tuyos
y nadie quería ver 
lo que tú señalabas.

El día que te escuché defender
el sentido de la poesía, decir
que la poesía tiene la virtud de hablar
de describir lo que no es bonito,
supe que tenía lo mejor de ti.

No, no es una fotografía,
nunca estreché tu mano,
jamás pude tener tu firma.

Tengo tus versos,
tan crudos, tan realistas,
tan claros y ácidos.

Tengo tus libros,
tus personajes, tus historias
y tu nostalgia por la inocencia
hecha trizas.

Te vas, el tiempo te ha tragado,
sabías que así sería,
por eso escribías sin descanso.

Te vas con tus versos sobre los dedos,
con tus poemas sobre las hojas que cubrirán tu lecho.

Te vas y nos dejas el silencio.
El vacío se expande,
el sol seguirá con su brillo,
cantará cada uno de tus versos.




A Juan Gelman
con admiración
enero 2014

Cuando se muere alguien que escribe poesía,
alcanza la eternidad.

No es sino hasta que se muere, que le honran,
que le recuerdan, que le hacen el favor
de leer sus poemas; entonces
sus libros se multiplican y elevan sus ventas; entonces
sus libros son rescatados por las mismas editoriales
que antes no tenían interés en publicarles,
porque mientras viven, no importan, 
por eso, cuando mueren,
quienes "aman la poesía" se lanzan
-con ansiedad- a buscar sus libros.

En tanto, la muerte,
esa señora que vive sobre nuestra espalda,
sonríe y se lleva de paseo
a quienes se entregan a la poesía.

Sin vida, se suben a la barca y parten,
pues bien saben que al último de sus alientos,
seguirá la memoria perpetua de sus plumas,
de sus versos, de sus pesadillas,
de sus amores y sus fantasías,
convertidas en poesía.



AVE LOU REED
Octubre 27, 2013

Sólo otro día, la tarde nublada y la añoranza
escurre por los barrios fríos,
los barrios ocre, los barrios desolados,
abandonados por los niños que fuimos,
atascados de besos perdidos,
de amores entre callejones.

Sólo otro día, la espera continúa,
la decepción de todo permanece 
en la punta de la lengua,
en el brillo de los acordes,
en la humedad de los cuartos baratos.

Sólo otro día,
¡ah la nostalgia!



CARLOS FUENTES
(1928-2012)
Mayo 16, 2012

Carlos te vas en medio de lamentos,
en medio del aullido de la jauría,
en medio de ojos que te vieron
incrustado entre papiros.

Carlos la fuente de tus palabras era constante oasis,
constante diluvio de mujeres
que se desnudan entre tus historias.

Juglar de la muerte; hoy
Artemio te acompañará en tu viaje
y pagará a Mictlantecutli
para que te reciba y te abrace
mientras el espejo enterrado sirve de filtro para tus ojos.

Tus ojos soles, tus ojos estrellas, tus ojos nube.

Carlos, en los rincones estarán los zopilotes
los revendedores de libros,
los políticos incultos que jamás te leerán.

Carlos tus palabras serán encerradas en librerías
y serán banquete para los amantes del dinero. Hoy,
tus labios sellados resguardan tus secretos amores
tus ideas parvada, tus críticas contra la barbarie.

Carlos, partes de la mano de tu hijo,
quien ha vuelto para elevarte al destino de todos.

Carlos eres padre de quienes empuñamos la pluma
y exprimimos la tinta. Hoy, Carlos,
las manadas sonríen porque no saben de ti,
porque el sistema se ha encargado de cegarlos,
porque así les conviene, y tú,
que eras nuestros ojos, nuestra mente, te vas.

Seré Aura y lloraré por tus manos, hoy vueltas desierto,
y sé, que tus libros serán mi canto, 
serán el eco de mis días y mis noches,
siempre en el silencio, 
clavados sobre las hojas donde dejaste tus recuerdos.

Adios Carlos, adiós padre, te seguiré amando
aunque tus libros sean censurados.



ADIOS LEONORA
A Leonora Carrington, 2011

La mujer que sueña, cerró los ojos y les puso llave, 
traba, candados 
y varias barras de acero... 

Ayer preparó sus maletas; 
conversó con los fantasmas de su casa, 
los invitó a debatir y la discusión 
fue acalorada. 

Colérica se despidió de todos, 
se metió en la cama, sonriendo.
  
Nadie pensó que ella no volvería, 
nadie pensó que en silencio 
caminaría hacia la tierra donde gobierna.

 Adiós Leonora 
espero encontrarte entre los desiertos de mis 
pesadillas y cantar contigo 
sobre los parajes de mis fantasías.



NO RÉQUIEM FOR SONOMAN
a Gustavo Cerati 2011

Soy un aliento entre millones
impulso vida para que ésta
llegue como un maremoto
hasta ti.



para María Sabina
in memoriam

Tú qué sabes de felicidad
si no ves más allá de lo que tocas y hueles,
si para ser feliz necesitas billetes apestosos entre los dedos,
si para amar necesitas papeles.

Tú qué sabes de placer
si lo confundes con groseros banquetes
con ideas falsas de lo que es vivir con satisfacción.

Tú qué sabes de amor si lo confundes todo,
todo el tiempo, y navegas cual veleta al puerto,
para que te reciba llano y sereno
a cambio de algo más.

Tú qué sabes, qué...



REQUIEM FOR A LOVER
 Al koyote que cantaba a la luna
para aliviar su tristeza

Cuantas noches entre tus brazos,
sostenida de tu mano
mientras tu ala ligera levantaba la cerveza
con la que humedecías mis labios.

Viejo cuervo trasnochado, confuso,
evaporado.

No podías dejarme lejos,
no podías tenerme cerca
y yo tuve que seguir el camino
tropezando... brincando 
sobre las vallas del olvido

Mueren los cantos de la radio 
ue nos hicieron parte de un sueño, entonces 
nos aferrabamos a la libertad.

Mueren los fantasmas,
viven los caballos del segundo que nos rompe,
desbocados, vamos a galope en líneas paralelas.

Hasta la infinita locura,
hasta el último aliento,
entre ondas hertzianas,
banderas negras,
ríos de sangre,
sueños destilados,
desazón...

Siempre estarás presente.



MMVIII
ADIOS AL GIGANTE DE MAÍZ
a Jaime Gameros
In memoriam 2009.

Caras de yeso silenciosas
acompañan mis recuerdos de ti.
Susurra el veneno con altavoz en el escape,
las sirenas cantan desde el acantilado 
para llorar por tu vuelo,
al tiempo, yo
no dejo de resentir tu partida.

Siempre es así.
Ella nunca se va,
Sólo merodea,

Nos vigila, nos observa,
a veces hasta sonríe ante nuestros ojos.

Y un día, sin más,
te da el pase de salida.

Es así.

Recuerdo que la vida es un cristal
cayendo en el abismo.



CMXCVII
EL ABUELO

El roble con el que me sostenía a flote se está muriendo;
sus negros ojos están invadidos por la neblina de la agonía;
sus piernas no le resisten y sus dedos se han vuelto torpes.

Ni siquiera es capaz de articular palabra.
mas, con el silencio se dignifica a sí mismo.
          
En sueños viajé a su entierro,
Recuerdo que le dije Adiós, pero también,
que olvidé darle un beso.

Vivo cansada de viajar al futuro de su muerte,
al pasado en que él era un volcán en furia…
¿Quién me va a contar las historias de fantasmas y caciques?
¿Quién ordenará con su voz ronca?

El súbito recuerdo de su rostro enjuto,
el sabio consejo y el sonido de sus pasos,
se extinguen como hojas secas bajo las pisadas del viajero eterno..

¡Cómo voy a extrañar su presencia agria!
La casa se derrumba ante la muerte presentida,
una crisis ataca a la familia,
los hijos que no le supieron querer,
ahogados en el pánico del abandono,
le lloran.

            La  abuela, calla y acepta.



Por mi parte
2001

A mi abuelo, a quién extraño más
que a mis huesos


Por mi parte, te dejé morir,
te dí la absolución,
te dejé descansar y pedí tu muerte,
 tu silencio,
tu paz.

Te perdí en el momento en que ví tus ojos      
y te dejé ir de una sola vez.

Ví tu rostro y tus cercos,
 tus angustias pegadas al alma que se te escapaba,
 y te dejé morir.

Te dije adiós absuelta por ti,
 te dejé en el hoyo abismal de la memoria,
en donde nunca morirás,
pero aquí,
aquí…
Te dejé morir.